fbpx

¿Crees que tu bebé podría heredar tus miedos?:

Sabemos que los padres son una base esencial en el desarrollo de los bebés y la realidad es que nuestros esfuerzos por darles lo mejor se ven reflejados, pero…¿Qué sucede cuando por protegerlos logramos inculcarles nuestros miedos? 

El miedo y el ser tan protectores:

La mayoría de las ocasiones, sin ser mal intencionados, los padres somos un poco proteccionistas y en búsqueda de no permitir que nuestros bebés lloren, sufran o se pongan tristes, damos lo mejor de nosotros, sin detenernos a explicarles el porqué de las cosas.

Parece que cuando somos padres primerizos, y no sabemos nada sobre cómo ejercer, ponemos mucha más atención a absolutamente todo lo que le pasa a nuestro pequeño, a cómo se siente y a sobreprotegerlo.

Frases como: 

¨a ver quién gana¨

¨si no te das prisa, vas a ser el último¨

¨porque lo digo yo¨

¨no llores¨

¨no pasa nada¨

¨no ha sido nada¨

¨así no se hace¨

¨lo estás haciendo mal¨

Estas son frases tan comunes y que vinculamos con la búsqueda de lograr algo positivo en nuestro bebé, pero estas tras ser escuchadas una y otra vez por los niños, pueden derivar en frustraciones, introversión, ¨síndrome del niño dictador o del niño tirano¨ o comportamientos que no son nada adecuados y que a la larga puede influir en su forma de ser y/o relacionarse con los demás. 

Pero ¿Qué hacer?:

Debemos ser más cuidadosos con nuestros comentarios, ser más conscientes de cuándo y en qué momento este tipo de comentarios son constructivos y no destructivos. No olvides que tu bebé se está formando con nuestra ayuda. 

Recuerda que nadie nos enseña a educar un hijo y no es una tarea fácil, pero no nos podemos proteger a través de ello,reflexiona y piensa a fondo lo que se dice e incluso cómo actuamos frente a ellos. Ya que mucho de su comportamiento se irá forjando a través de ello.  

Recuerda siempre explicarle las cosas, hablar con un tono seguro y reforzar su personalidad.

Al mismo tiempo, al momento de condicionarlos, si usamos frases como “A ver quien gana” en un contexto inadecuado, puede tener tendencia a generar temor a ser el último, no aceptar perder nunca o tomarse todo a mal. 

Decirles constantemente “No pasa nada” puede crearles miedo a expresarse o sentir que no merecen opinar. Ya que a pesar de que suena inofensivo, los niños razonan de una manera más literal y puede que aunque solo sea un tropiezo, golpe o caída, necesitan expresarlo con un llanto o una queja.

Cosas tan simples como el tono de voz con el que te comunicas con un niño, puede generar temor. A veces no somos conscientes de lo importante que es el tono con el que hablamos. Los niños son especialmente sensibles y receptivos. Si nosotros tratamos con nerviosismo o inseguridad un tema, ten por seguro que un niño lo va a percibir y vamos a trasladar ese miedo o tensión sobre esa situación concreta. Por el contrario, si nuestro tono es seguro, el niño va a percibir esa seguridad en todo lo que hagamos y digamos, y podrá actuar con la misma confianza frente a ese mismo escenario el día que lo necesite.